Noticias desde la Oscuridad

06-07-2015
Cardiofagia está concluido.

13-07-2015

22-07-2015

28-07-2015

09-08-2015

03-09-2015

22-09-2015
Suerte está concluido.

28-09-2015

Lamento del día

Mientras que yo soy un ciego que ha aceptado su propia invidencia, tú eres uno que aún cree que simplemente tiene una venda tapándole los ojos.

martes, 30 de septiembre de 2014

Microdemencia: Fe

No. No vengo a decirte que la vida tiene algo genial preparado para ti. No. No vengo a afirmar que existen personas en peores situaciones y por ende tú no debes quejarte. No. No vengo a alegar que es necesario ver las cosas con perspectiva y no siempre de forma que el vaso esté medio vacío. No. No voy a mentir. Esto es un mundo repleto de indigestas injusticias que serán capaces de hacerte vomitar hasta límites que ni tú ahora mismo puedes imaginar. Esto no es bello, es repulsivo.

Pero eso no significa que debas rendirte. Lo entiendo, tus rodillas están despellejadas de caerte tantas veces. Fuiste creado con un armazón tan endeble que ni por asomo estaba preparado para todas esas patadas que te lanzaron. Estás impregnado en lodo, con las uñas en carne viva y los ojos resecos. Y lo peor de todo es que aún te queda un extenso trayecto lleno de púas y camorristas. Vas a sufrir, no hay mayor tautología que esta.

¿Qué es lo que harás, camarada? El torturado se postra ante el verdugo, el cual se relame con cada nuevo latigazo que le propicia. Sin embargo, aunque esté en desventaja, no quiere decir que esté desarmado. Como él, tú posees algo valioso, algo que a todos se nos otorga antes de ser lanzados a este bosque de espinas y que sólo unos pocos consiguen dominar.

Continúa. Eso es todo. El torturado mira impasible al verdugo, transmitiéndole con la mirada que ninguno de sus latigazos los considera dolorosos. Haz tú lo mismo. Pese a que estés sufriendo la pesadilla más horrenda que el lenguaje humano sea capaz de describir, no debes retroceder, ni mucho menos otorgar la satisfacción de que se te conceda la tan ansiada sentencia de ejecución. Sólo sigue, hazlo por esa estrella que dio su vida para que sus componentes acabaran formando parte de tu disfraz de carne y hueso, ya que tratar de hacerlo por otra razón desembocará en un mero anestésico tan efímero como un suspiro.

Hay que ser realista. Esto es una cárcel, no un regalo. Los presidiarios no son compañeros, son supervivientes. Alíate con ellos o busca enemigos, pero en ningún caso les des la espalda, porque ellos también son conscientes de que esta vida es una infame engalanada con insidiosas telas, y te adornarán tu espalda con puñales cuando tengan la oportunidad.

Lo siento, es así, la confianza fue la primera presa que caminó a regañadientes por el corredor de la muerte. Ahora, sin su liderazgo, sólo quedan animales deseosos de alcanzar la gloria a toda costa y no se lo pensarán dos veces si para ello han de trabajar como esos matones que en tantas ocasiones te han apaleado.

Es triste afrontar la realidad, pero más duro es dormitar en una maraña de mentiras, pues será inexorable que un día tu mundo utópico empiece a desmoronarse y no te quede más que una oscuridad posterior a la destrucción de ese vástago alegre que saltaba por aquella realidad confeccionada por engaños.

Esprinta, corre, camina, arrástrate, lo que sea que te haga seguir en movimiento, y jamás permitas que los buitres empiecen a creer que lo que tienen justo bajo sus alas es un cadáver y no otro luchador que fue empujado a esta jungla. Tómate tus descansos cuando sea el momento apropiado. No obstante, cuando toque avanzar, hazlo y no pares, no te estremezcas, porque a día de hoy no he oído hablar de ninguna masa de agua estancada que no esté repleta de podredumbre.

Es cierto que decirlo no tiene punto de comparación con respecto a ponerlo en práctica, soy consciente de ello. Sin embargo, no estoy hablando desde el desconocimiento. No vas a solucionar absolutamente nada si te doblegas ante el sufrimiento. Los golpes te quebrarán casi sin darte tiempo para recobrar el aliento, no hay duda de eso, pero, tu organismo, fiel camarada, puede repararse. No sabes todo lo que es capaz de resistir si puedes prometerle que seguirás siempre hacia adelante. Es el único en el que puedes poner plena confianza, así que ni por asomo des fuerza a esas fantasmagóricas ideas de recurrir a terceros para ser salvado de la aflicción…

Y sí, he escuchado muchas veces que actuar tal que sólo pienses en ti mismo es algo deleznable y despreciable. Pero no lo ves de esta forma cuando te han arrojado tantas veces al fango. Cuando estás ahí te percatas de que nadie se digna si quiera a extenderte una rama con la que salir. ¿Qué es lo que te queda en esa situación? Lo sabes perfectamente.

En este instante ya habrás averiguado por dónde van los tiros. Estás solo, siento decirlo. Puede que percibas que estás rodeado de familiares, amigos y compañeros; no obstante, quedarás expuesto a la fatal verdad cuando socorrerte suponga para ellos el hundirse junto a ti en el ya mencionado fangoso pantano, así que empieza a hacer caso a esa descuidada silueta que reflejan los espejos y muestra algo de invidencia hacia el resto, esos mismos que por dentro festejan tus derrotas y aborrecen tus victorias, y no al contrario como pretenden hacerte ver.

Abandona los miedos y las dudas. Deja de buscar un motivo insípido a tu existencia y date cuenta que simplemente por el hecho de tener la oportunidad y, más importante, la capacidad de poner en jaque a morbosos que anhelan verte caer, ya merece la pena mostrar esa fila de dientes que tu calavera desarrolló con la finalidad de hacerles estallar en mil pedazos por la rabia.

No grites ante el dolor, ríe. No llores ante las injurias, sonríe. No tiembles ante la duda, asiente. No enmudezcas ante los golpes, contraataca. En definitiva, no permitas que la vida te transforme en otro juguete que pueda ser manoseado hasta su irrevocable estado de descomposición, porque tienes millones de células a tu disposición, un ejército entero abrazando tu esqueleto dispuesto a seguirte hasta los confines del Universo si así te lo propones.

Por todo esto, camarada, debes comprender que parar no es una opción adecuada para alguien como tú, que ya tiene grabadas en su cuerpo tantas señales de guerra, y otros muchos espacios intactos más que en un futuro serán magullados. Tienes que aprender a defenderte por tu cuenta. Usa cualquier método y arma que te permita llegar a la meta, aunque sea a rastras.

Sé masoquista, sé soberbio o soberbia, sé egoísta, sé ególatra, sé miserable, sé antipático o antipática, sé libre. Selo, porque la única persona que dentro de unos años reposará en tu ataúd sin dejarte en ningún momento de lado serás únicamente tú.

Y nadie más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario