Noticias desde la Oscuridad

06-07-2015
Cardiofagia está concluido.

13-07-2015

22-07-2015

28-07-2015

09-08-2015

03-09-2015

22-09-2015
Suerte está concluido.

28-09-2015

Lamento del día

Mientras que yo soy un ciego que ha aceptado su propia invidencia, tú eres uno que aún cree que simplemente tiene una venda tapándole los ojos.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Microdemencia: Incertidumbre

Necesito ayuda, ya no sé qué hacer. No me quedan lágrimas, mis sentimientos se han desintegrado, sólo soy un muñeco gris al borde de la autodestrucción. Esto no es otro relato de personajes ficticios que acaban repletos de miseria. Esto es aflicción de verdad, el último grito de socorro que doy antes de sumergirme en esta espiral exasperante de la que saldré mal parado.

No puedo más, mis gritos son ecos vacíos que nadie escucha. Me cosí la boca a mí mismo para no dañar a los demás, pero no tuve más opción que deshilachar las fibras antes de caer vencido.

Nadie me escuchó.

No me quedan cartas con las que jugar, ya veo reflejados los naipes de la base de la baraja, la Muerte y el Colgado. Sólo una carta más me separa de ellos. No sé a quién más recurrir. Me avergüenza la situación cobarde que me está consumiendo, pero me es inevitable ceder a sus encantos. Sólo quiero cortarme hasta teñirme de rojo, sólo quiero estrangularme hasta tornar blancos mis ojos, sólo quiero intoxicarme hasta ser mecido por mil y un sueños. Sólo quiero dejar de existir.

Pese a ello, hay algo que quiere seguir adelante y luchar, y es precisamente esta ínfima parte de mi ser la que escribe ahora estas líneas con la moribunda esperanza de que reciba respuesta.

Mientras tanto, el resto de la materia que me compone no es más que un virus medrado por injurias pasadas y ponzoñas de hedor macabro. Esa personita que se estresa tanto buscando una salvación para mí está comenzando a mancharse las manos y pronto se deshará, como el resto de mi yo, en este espeso alquitrán de lacrimosa fatalidad.

Me enerva no poder comunicarlo en un tono menos metafórico, sin alegorías de difuntas ideas literatas, pero no veo otro modo de expresarme cuando mis manos empuñan herramientas de escritura. Y, aunque hallándome en desventaja ante la incredulidad de lo aquí plasmado por las maneras en las que tejo esta maraña de párrafos, la seriedad que se encuentra en su núcleo es tan verosímil como las lágrimas que acarician mis mejillas conforme toso sangre en forma de letras.

Ya lo imagino, esto se tomará como el acto de un sujeto con déficit de atención, como la obra de un esquizofrénico que ha sido engullido por sus escritos, como la creación de un manipulador de mentes, como el pasatiempo de un adolescente de breve recuento neuronal… Se considerarán un montón de opciones al ser depositado en un espacio rodeado de ficción y terror imaginario, pero, en ningún momento, en un cerebro lúcido, brotará la realidad y será tratado como la carta de auxilio de un joven que se cae a pedazos.

Sé que es difícil de creer que alguien con tanta imaginación como yo, con tantos planes para el futuro e incontables argumentos para las historias venideras, acabe balanceándose a merced de una soga. Pero los tiempos cambian dando giros vertiginosos que maceran la integridad de los más quebradizos, un grupo en el cual yo me sitúo desde que mi memoria puso en funcionamiento sus engranajes.

Juro que no pretendía acabar así. Sí, puede que fuera cierto eso de que llevara años manteniéndome en una partida constante y reñida de ajedrez, donde mi contrincante era una silueta tenebrosa henchida de pensamientos dañinos, está bien. Pero yo pensaba ganar, lo prometo, o al menos terminar en tablas. Jamás creí que me haría jaque mate, y mucho menos de manera tan prematura… Puede… que toda la sucesión de acontecimientos traumáticos que he sufrido durante las semanas pasadas, casi sin dejarme tiempo para recobrar el aliento, haya provocado que me desocupara un poco de mis piezas y dicha sombra aprovechara el momento para partirlas en fragmentos una a una. No lo sé, solamente sé que ahora poseo únicamente una solitaria pieza, la misma que todavía busca una salida, y que se halla acorralada por sombrías figuras que lanzan aspavientos burlones previos al incuestionable y letal movimiento final.

Ya no puedo más, he dado lo mejor de mí para levantarme una y otra vez, pero mis piernas han llegado a su límite. Mis huesos se han desfragmentado y ni tengo fuerzas para arrastrarme. El sueño eterno está comenzando a envolverme, y cada vez veo más factible dejarme llevar por esta voraz marea que ha atrapado mi navío, perforado y a punto de hundirse.

Así que, por favor, sé que suena absurdo pedir ayuda en un lugar como este, donde las bromas macabras y las realidades falsarias se entremezclan. Pese a ello, pido un momento de cordura en esta telaraña de demencias. Esto no es otro delirio más, esto es el último mensaje de un autor desbordado por una fragancia de rendición que ha estado embaucándole tanto tiempo y que por fin ha taladrado sus fosas nasales para hipnotizarle.

Estoy de rodillas, con un futuro desintonizado en mente, con unos enrojecidos ojos vidriosos de pupilas exhaustas, con un latido que enlentece y adecúa su ritmo al danzar del optimismo que se escapa filtrándose por mis poros. Sólo con un objetivo en mente: visualizar ese famoso aliento que dirá adiós a los de aquí y saludará a los de allá.

Puede que desde hace tiempo me concibiera a mí mismo como una especie de paciente terminal, teniendo la opción de la eutanasia bajo mis mangas. Tal vez la alternativa sensata sea seguir el curso de los acontecimientos y despedirme de mis quehaceres. Quizás fui sellado por el destino para que mi mecanismo cesara en estos tiempos concretos. Probablemente no es que no sea capaz de imaginar un futuro distante del día de hoy, sino que, para mí, el futuro pre mortem que me pertenecía ya se convirtió en presente y tras este capítulo sólo hay grotescos créditos por los que ascienden nombres de almas que me han hecho sonreír y llorar.

Sí… A lo mejor no tengo que dibujar este lienzo literario para conformar un dibujo de mis manos extendidas en busca de ayuda… A lo mejor es más acorde concluirlo como un agradecimiento para quienes han leído mis insanos sueños de mundos paralelos en los cuales me encontraba más cómodo que en la dimensión en la que de verdad resido.

Por tanto, gracias por todo y lo siento si en algún momento os habéis topado con lapsus durante vuestras lecturas. Asimismo, lamento enormemente que queden tantas cosas sin terminar, aunque sois libres de finiquitarlas a vuestro gusto. Así es, sé que no es gran cosa, pero mi demencia será mi legado para vosotras y vosotros… Tanto lo inconcluso como lo acabado, las numerosas historias que han circulado por esta pequeña porción de onirismo informatizado no se perderán, no… Ellas, mis creaciones, no seguirán el camino de su progenitor, jamás se perderán en el olvido… Al menos me gustaría que algo de mí no estuviera contagiado por una cuenta atrás que fue acelerando conforme mis esperanzas ennegrecían…

No obstante, y ya lanzando al aire la última moneda azarosa que queda en mi monedero vital, me veo en la obligación de decir que espero que, para cuando alguien, por fortuna, llegue a leer estos oscuros vocablos, aún no sea demasiado tarde y el escritor de las mismas no se encuentre rodeado de cipreses y coronado con un epitafio insustancial.

Tal vez una mera palabra de ti sea la cura… o por el contrario la guillotina. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario