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En este futuro vivía un tal Gorka. Este chico consiguió
reunir el dinero suficiente como para pagar por el análisis de ADN que le
permitiría saber el día de su muerte.
Fue bastante ''afortunado''. El informe predijo que iba a perecer
el 19 de febrero de 2204 a las 3:00 p.m. Así que iba a vivir un total de 110
años, teniendo ahora mismo 20.
Salió del centro médico con una sonrisa en la cara. Pero no,
no era precisamente una sonrisa de alegría al saber que iba a durar tanto, era
más bien un tipo de sonrisa burlona. Se reía de la propia Muerte al saber que
durante 90 años más iba a ser ''inmortal''. Pobre incauto...
A partir de ese momento perdió el miedo al peligro. No
prestaba atención a las advertencias y hacía lo que le daba la real gana. Y, a pesar
de que el resto le decía que no jugara con su vida y que la tratara bien, él
seguía haciendo barbaridades.
Un día ganó un montón de dinero jugando a la ruleta rusa.
Los demás jugadores estaban atónitos. Seis disparos seguidos y ninguna bala
salía disparada del cañón en dirección a su cráneo. Nada podía pararle hasta el
2204.
Su locura le llevó a fabricarse un alter ego justiciero.
Paseaba por las calles impartiendo justicia como si fuera un superhéroe, estaba
empezando a volverse demente por culpa de una irrisoria seguridad.
Por la ciudad empezó su nombre a hacerse famoso: Gorka el
Inmortal. Era cierto que había más personas que sabían perfectamente la fecha
de su hora final, pero tenían más cautela y no querían facilitarle a la
Parca su cosecha.
Sin embargo, Gorka era todo lo contrario. Sufrió atropellos,
caídas, navajazos, disparos; pero, o una de dos, o no conseguían matarle o se
libraba de ellos por casualidades, tales como caer en una zona blanda, que la
bala se incrustara en un botón metálico, etc.
Cada vez hacía cosas más descabelladas sin importarle apenas que ese día podría ser el último en el que respirara. No obstante, la
Muerte es un Jinete muy astuto y un simple humano no iba a reírse de él. Un
fatídico día en el que Gorka decidió hacer puenting, la Parca actuó.
Gorka se ajustó el arnés tan rápido que se le olvidó agarrar
la cinta a una de las hebillas. Subió al borde del puente y, dando la espalda
al vacío, se dejó caer mientras soltaba otra risa burlona.
Al llegar al tope de la cuerda, el tirón hizo que el arnés
se soltara lanzando a Gorka al agua, no sin antes recibir un buen impacto en el
fondo del lago.
Días más tarde, Gorka yacía en la camilla de un hospital en
estado comatoso. Con la tierna edad de 22 años había destrozado su cuerpo hasta
el límite de dejarlo inútil...
Su último recuerdo fue un sueño en el que él mantenía una
pequeña charla con la Muerte. Aún mantiene grabada en su mente la última frase
del Jinete:
''Estúpido humano, puede que hayas descubierto la fecha de
la siega de tu alma, pero eso no implica en qué CONDICIONES voy a segarla.
Vosotros estáis acostumbrados a retarme a menudo, por lo que el tiempo me ha
hecho ser paciente con vuestras temerarias acciones y ser benevolente. Sin
embargo, tú has colmado el vaso, te has comportado como si fueras superior a mí.
Muy bien, el destino es el destino, no puedo llevarte conmigo hasta esa fecha,
pero no hace falta que me lleve tu alma para estar ''muerto''. Espero que hayas
disfrutado de tu efímera vida, porque a partir de este día se acabó lo que se
daba. Requiéscat In Bellum...''
Y así termino la vida activa de Gorka el Imprudente. Es
cierto que la Muerte no se lo llevó hasta el año 2204, pero ¿de qué le servía
seguir vivo si se tiró el resto de su vida en coma? Y, como si el de la guadaña
quisiera añadir un toque cómico al asunto, no murió el 19 de febrero, sino el veinte.
Gorka estaba tan ocupado burlándose de la Parca que no se
fijó en que por la espalda se acercaba otro enemigo semejante. Dulces sueños...
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