Noticias desde la Oscuridad

06-07-2015
Cardiofagia está concluido.

13-07-2015

22-07-2015

28-07-2015

09-08-2015

03-09-2015

22-09-2015
Suerte está concluido.

28-09-2015

Lamento del día

Mientras que yo soy un ciego que ha aceptado su propia invidencia, tú eres uno que aún cree que simplemente tiene una venda tapándole los ojos.

martes, 11 de febrero de 2014

Microdemencia: Onirismo

Después de un duro entrenamiento, noche tras noche intentándolo con resultados pobremente fructíferos, por fin he podido averiguar cuándo me hallo en un sueño.

La cosa es simple. Una vez sueñas, tú no eres capaz de percatarte de ello. Sin importar lo irreal que sea una situación, ya sea poder volar, huir de un muerto viviente o ser la gobernadora suprema de un país, pensarás naturalmente que son sucesos verosímiles.

No obstante, si reúnes la suficiente fuerza de voluntad durante el sueño y consigues autoconvencerte de que ese no es tu mundo, entonces ya sólo será cuestión de tiempo que tu mente pueda acomodar el entorno tal y como tú desees.

Yo siempre soñaba, y nunca mejor dicho, con llegar a darme cuenta algún día (o noche) de esto. En la teoría parece muy sencillo, pero a la hora de ponerlo en práctica se presentan un par de dificultades.

Lo primero de todo es salir de ese engaño hipnótico. Tu conciencia surgirá a mitad del sueño, por lo que aquí el tiempo es crucial. No debes perder ni un segundo en una obsesión que desaparecerá a la mañana siguiente.

Una vez completado esto, la segunda parte es más simple. Con la práctica conseguirás moldear esa atmósfera ilusoria y, a un nivel avanzado, hasta despertarte si lo deseas. Aunque no recomiendo esto último, ya que, con sólo pensar férreamente que lo que estás viviendo es una mentira, estarás, involuntariamente, activando tu organismo y aumentando la posibilidad de que abandones el sueño. Por ello, hay que tener un breve equilibrio entre asegurarse de que todo eso no existe y estar dentro de una realidad mágica.

Sin embargo, si sigues esos dos pasos al pie de la letra, acabarás como yo. Mi cama ya no es una zona de descanso, sino el portal a mil y un mundos, a los que les doy forma y de los que yo gobierno la total causalidad y el tiempo.

Por ejemplo, ahora mismo me encuentro en un sueño en el que camino por mi ciudad y la gente me teme. ¿Por qué? Pues porque he aprovechado esta oportunidad en la que aparecen personas de mis alrededores y he optado por desahogarme matándolas. La experiencia es tan realista que hasta creo que mi verdadero cuerpo está segregando adrenalina.

Las calles están manchadas de rojo, la muchedumbre grita y huye de mí. Mientras tanto, a sabiendas de que aquí el tiempo es distinto, empleo cada segundo y no hago excepciones entre las personas con las que me cruzo. El cuchillo se hunde con extrema facilidad en sus carnes, penetra y un llanto ahogado les finiquita el alma.

Pero lo gracioso ocurre al doblar la esquina. Me topo con nada más y nada menos que mi mejor amiga. Se acerca con algo de miedo y me pregunta el porqué de este genocidio. Vaya, vaya… mi cerebro ha sabido captar al instante todas las posibles variables, justo como sucedería en la vida real.

Sé que la chica que tengo delante es un producto de mi mente, pero mejor seguir el juego y contarle lo que ocurre, aunque corro el riesgo de despertarme… No obstante, opto por revelarle el truco y le explico que esto no es nada más que un sueño.

Tuve que contenerme la risa ante su respuesta, lo juro. Cayó de rodillas al suelo y se puso a llorar asegurando que había enloquecido. A ver, se puede entender su reacción, después de todo soy el único elemento de este mundo que es consciente de su índole falaz.

Bueno, para calmarla le mostraré que puedo despertar. No es ella de verdad, pero, aun así, pese a ser un espejismo, no soporto ver una imagen afligida suya. La miro, sonrío y cierro los ojos con fuerza, concentrándome en regresar a mi realidad.

¿Nada? No funciona, espera… quizás no me haya concentrado bastante. Volveré a probar… No, sin respuesta de mi otro yo. Estoy empezando a preocuparme. ¿Y si…? ¡No, imposible! Esto es un sueño con todas las de la ley, lo que pasa es que gran parte de mí aún permanece somnolienta, eso debe ser.

Exacto… me está engañando mi cerebro. Seguro… seguro que si me apuñalo y muero… despertaré, ¿verdad?

¿¡Verdad!?

No hay comentarios:

Publicar un comentario